Somos una marca costarricense que nació en el 2021 como un pasatiempo de pandemia, pero poco a poco nos hemos convertido en mucho más que eso.


Actualmente todo lo hacemos entre 2, y aunque a veces trabajamos más de lo normal, lo disfrutamos muchísimo.

Equipo:


Historia:

Todo empezó cuando yo, Josu, estaba en la U, por ahí del 2015. En ese tiempo sobrevivía con una beca y comprar ropa era un lujo que no podía permitirme, así que en un intento de verme diferente, comencé a hacer tie dyes. Ahí nació la idea de hacer mis propias camisetas pero no tenía el tiempo ni la energía para hacerlo en realidad.

Hasta que llegó el 2020 con la pandemia: encerrado, aburrido y con crisis existencial incluida. Redescubrí la idea de hacer camisetas y, para hacerla más interesante, también me obsesioné con la fotografía. Pensé: “¿y si monto una marca y de paso aprendo de todo un poco?”. En ese momento ya colaboraba con Arroz con Mango, una organización que apoya a personas en situación de calle, y fue ahí donde conecté todos los puntos. Así nació MALAVIDA: mitad caos, mitad propósito.

En mayo del 2021 hice el primer pedido de camisetas sin tener una idea de lo que estaba haciendo (eso no ha cambiado mucho). Monté una página web, le vendí a mis amigos, y el 23 de junio llegó la primera venta oficial. Eran las 11:00 pm y alguien me escribió por Instagram. Lloré de felicidad, y desde entonces, esa es la fecha de nuestro cumpleaños.

En abril del 2022 vi la primera camiseta MALAVIDA en la calle. Casi me da algo, qué momentazo por Dios. Aún hoy me emociono igual cada vez que veo a alguien usando algo de lo nuestro.

En ese tiempo la marca estaba creciendo y ya la mitad de mi clóset no era suficiente para tener el inventario. Así que en junio decidí independizarme de mis amigos para que la marca pudiera tener su propio espacio.

Para ese punto ya dormía poco, trabajaba mucho, hasta que en marzo del 2023 llegó Ney (a.k.a la jefa) y mi vida tuvo un respiro. En mayo de ese año superamos las 1,000 ventas, otro momentazo en mi vida. Suena fácil, pero ni cerca de serlo. 

Y bueno, ese es el inicio. La historia de MALAVIDA se sigue escribiendo todos los días entre caos, buenas vibras y sueños que a veces asustan, pero igual se persiguen. Si querés ver en qué cosas nos metemos, seguinos en redes.